Homero menciona a los «pigmeos» en la Ilíada, y de sus versos
nace uno de los malentendidos más ridículos, y perdurables, de
la historia cientí?ca. ¿Quiénes eran aquellos seres diminutos? La
respuesta es sencilla: unas criaturas tan fabulosas como
nuestros duendes. Desde entonces y empujados por la ciencia, la
literatura y la fantasía, aventureros, exploradores, antropólogos y
escritores como el propio autor han ido en busca de los pigmeos
en el corazón de África. Las tinieblas del corazón narra el
encuentro de algunos de ellos con unas criaturas de las que solo
sabemos que no sabemos nada. Los protagonistas del libro
fueron a buscar algo importantísimo para ellos y todos
encontraron lo que buscaban. Y sin embargo, lo que encontraron
no existe. Esta es la historia apasionante de una ilusión, tan
inmortal como inalcanzable, que ha generado proezas inauditas,
muchas lágrimas y grandes alegrías.